Propósito de enseñar a aprender


 
 
 
Todos los que formamos parte de la comunidad educativa acordamos en considerar absolutamente relevante al variado conocimiento que se genera desde la actual era de la información signada por los vertiginosos cambios científicos y técnicos.


 

A partir de ello, puede resultar común que los docentes "filosofemos" con asiduidad sobre los distintos problemas que ello implica, y es en ese momento que nos planteamos, ¿que enseñamos? ¿para que enseñamos? y ¿como lo debemos enseñar?
 

Quizás los dos primeros interrogantes encuentren con mayor facilidad sus respuestas, dado que los temas que constituyen los programas oficiales y nuestras planificaciones institucionales por lo general son producto de las adaptaciones que generamos.
 

En cuanto al ¿para que? también sabemos a priori la importancia que constituye la enseñanza integral en valores .Ya que no solo enseñamos para formar mentes brillantes sino que también lo hacemos para lograr una sociedad cada vez más justa.
 

Si acordamos con lo anterior, entonces, no estamos tan desconcertados, sabemos que enseñar y para que lo hacemos, ahora solo nos resta dilucidar ¿Cómo? .Y sin animo de brindar posibles tratamientos, solo queremos enfatizar lo que en líneas generales todos hemos aprendido en nuestros profesorados, me refiero al axioma que sostiene que son tan importantes los contenidos como las formas de enseñarlos.
 

Por lo tanto, el contenido aprendizaje, tal como lo entendemos hoy, aparece como un objeto complejo y analizable desde diferentes dimensiones, a esta mirada educativa se la llama " concepción amplia de contenido".
 

Reconocer la importancia y diferenciación de contenidos en el currículo es una herramienta metodológica necesaria para entender la diversidad de los aprendizajes escolares. Sin embargo, ese tratamiento no implica que se traten por separado, ya que el alumno aprenderá simultáneamente conceptos, procedimientos y actitudes
 

Esta distinción entre los contenidos y su inclusión en las propuestas curriculares no es un hecho nuevo ya que fue abordado, entre otros, por Cesar Coll, quien lo consideró como un fuerte mensaje pedagógico, porque ello supone un intento de romper con la práctica habitual, justamente denunciada en innumerables ocasiones, de una enseñanza centrada en exceso en la memorización de hechos y conceptos y en la asimilación más o menos comprensiva de conceptos y sistemas conceptuales.
 

Por ello es que solo lograremos un transito relativamente ordenado y seguro hacia la meta del conocimiento relevante y significativo en términos de Ausubel. En la medida que consideremos que toda la nueva información que se genere debe ser asimilada o integrada a los conocimientos anteriores, para que a partir de ello se provoque la comprensión como el resultado del reconocimiento de una idea preexistente que facilite la relación.
 

Para lograr ello, lo procedimental y/o metodológico es un aliado elemental y en este sentido, los mapas semánticos y las redes conceptuales pueden ser herramientas e instrumentos apropiados y pertinentes para optimizar la labor educativa. Continuando con la referencia a la teoría ausubeliana, sabemos que cada alumno es poseedor de ciertos conocimientos y que ese mismo conocimiento permite y facilita la incorporación de la nueva información, en este sentido, los mapas y redes son herramientas practicas y propicias de enlace y comunicación con la estructura cognitiva del alumno.
 

Asimismo al ser aquellos una herramienta instrumental pueden ser aplicados a distintas áreas y disciplinas de manera transversal.


 

En definitiva, toda la información también puede ser "aprehendida" desde lo procedimental, a propósito de enseñar a aprender.

Objetivos del proceso
 

·        Centra su atención en el docente y en el alumno, por lo que su objeto de estudio lo constituye el proceso de enseñanza y aprendizaje.

 

·        Considera la dirección científica por parte del maestro de la actividad cognoscitiva, práctica y valorativa de los alumnos, teniendo en cuenta el nivel de desarrollo alcanzado por estos y sus potencialidades para lograrlo.

 

·        Asume que mediante procesos de socialización y comunicación se propicie la independencia cognoscitiva y la apropiación del contenido de enseñanza (conocimientos, habilidades, valores).

 

·        Forma un pensamiento reflexivo y creativo, que permita al alumno "llegar a la esencia", establecer nexos y relaciones y aplicar el contenido a la práctica social, de modo tal que solucione problemáticas no sólo del ámbito escolar, sino también familiar y de la sociedad en general.
 

·         Propicia la valoración personal de lo que se estudia, de modo que el contenido adquiera sentido para el alumno y este interiorice su significado.
 

·        Estimula el desarrollo de estrategias que permiten regular los modos de pensar y actuar, que contribuyan a la formación de acciones de orientación, planificación, valoración y control.

Esto lleva a plantear la necesidad de redefinir el objeto de estudio de la Didáctica, que ha sido limitado por numerosos autores al proceso de enseñanza, centrando la atención sólo en el docente (Alves de Mattos 1966, O. Smith 1971), consideramos que este debe ser el proceso de enseñanza aprendizaje, en su carácter integral desarrollador de la personalidad de los alumnos y alumnas, expresándose la unidad entre instrucción, enseñanza, aprendizaje, educación y desarrollo.
 

El proceso de enseñanza aprendizaje constituye la vía mediatizadora esencial para la apropiación de conocimientos, habilidades, hábitos, normas de relación, de comportamiento y valores, legados por la humanidad, que se expresan en el contenido de enseñanza, en estrecho vínculo con el resto de las actividades docentes y extradocentes que realizan los estudiantes (Zilberstein, 1999).

Para poder ofrecer a los docentes una guía acertada en su labor diaria, la Didáctica deberá asumir a partir del Fin y Objetivos de la Educación para cada país y tipo de enseñanza, las categorías que aparecen en la figura.
 

Estas categorías que se han aceptado en los últimos años por la Pedagogía cubana, deberán continuar sistematizándose por la práctica y la teoría pedagógica y enriquecerse con las investigaciones realizadas por los propios docentes e ir conformando una Didáctica que asuma Principios generales que orienten al educador, teniendo en cuenta el contexto socio-histórico concreto de cada país, sin desconocer las peculiaridades de cada región, centro docente en particular y de los propios estudiantes.
 

“Los principios de la enseñanza son la base o fundamento que orientan la actividad del maestro y el carácter de la actividad (.....) del alumno. Ellos expresan los aspectos internos, sustanciales, de ambos factores del proceso docente, y determinan la efectividad de la enseñanza. A su vez recogen determinadas leyes objetivas que rigen dicho proceso”. [1][3]

Los objetivos se deben enunciar en función del alumno, de lo que este debe ser capaz de lograr en términos de aprendizaje, de sus formas de pensar y sentir y de la formación de acciones valorativas. Sus elementos constitutivos son: las habilidades a lograr (acciones y operaciones), los conocimientos, las acciones valorativas, las condiciones en las que ocurrirá la apropiación (nivel de asimilación, medios a utilizar, entre otros).

El contenido (¿qué enseñar y aprender?) expresa lo que se debe apropiar el estudiante, está formado por los conocimientos, habilidades, hábitos, métodos de las ciencias, normas de relación con el mundo y valores que responden a un medio socio-histórico concreto. El contenido cumple funciones instructivas, educativas y desarrolladoras, tal como expresara José Martí “No hay buena educación sin instrucción, las cualidades morales suben de precio cuando están realizadas por las cualidades inteligentes” [2][4]
 

En cada momento del proceso de enseñanza aprendizaje se deben precisar los objetivos a lograr y en función de estos el contenido, o la parte de este que se trabajará por el profesor y los alumnos.

Para la apropiación de cada idea rectora, los alumnos deben dominar un sistema de conceptos y habilidades, es por ello que en la planificación didáctica deberán quedar precisados cuáles conceptos principales o fundamentales, cuáles secundarios y cuáles antecedentes se tratarán, así como las habilidades generales y las específicas a desarrollar.

 

El método (¿cómo enseñar y cómo aprender?) constituye el sistema de acciones que regula la actividad del profesor y los alumnos, en función del logro de los objetivos. Teniendo en cuenta las exigencias actuales, se debe vincular la utilización de métodos reproductivos con productivos, procurando siempre que sea posible, el predominio de estos últimos.

En unidad dialéctica con los métodos se encuentran los procedimientos didácticos, categoría poco sistematizada en la literatura pedagógica. Nos pronunciamos por la utilización de procedimientos didácticos desarrolladores.

 

Los procedimientos didácticos deben constituir un sistema, junto a los métodos de enseñanza, en correspondencia con los objetivos que el educador se proponga. Su aplicación debe ser creadora, nunca "esquemática" o aislada del contexto en el cual se desarrolla, deben atender al contenido de enseñanza; es decir, no utilizar los "procedimientos, por desarrollar una habilidad en sí", sino por su necesidad real en el proceso de enseñanza aprendizaje, velando por que siempre se manifieste la unidad entre instrucción y educación.
 

Los medios de enseñanza (¿con qué enseñar y aprender?) están constituidos por objetos naturales o conservados o sus representaciones, instrumentos o equipos que apoyan la actividad de docentes y alumnos en función del cumplimiento del objetivo.
 

Las formas de organización (¿cómo organizar el enseñar y el aprender?) son el soporte en el cual se desarrolla el proceso de enseñanza aprendizaje, en ellas intervienen todos los implicados: alumno, profesor, escuela, familia y comunidad.
 

La clase es la forma de organización fundamental, aunque en la actualidad se conciben otras que adquieren un papel determinante en el “enseñar a aprender”.



 

 Baranov, Didáctica de la escuela primaria, página 123
Juan Amos Comenio, Didáctica Magna, página 7
Colectivo de autores, Pedagogía, página 180
Martí, J, citado por C. Álvarez, en Fundamentos teóricos de la dirección del proceso de formación del profesional de perfil amplio, página 14.

Marcelo Albornoz

 











 


 

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